-¿Qué texto pongo en la contraportada? -le pregunté al portero del edificio Tamarindo. Eustaquio me miró algo perplejo, se rascó la barbilla y contestó: -Francamente, doña, usted, una exalemana que se atrevió a escribir su primer libro en español, ¿me pregunta eso? Como no lo sé, mejor se lo preguntamos a mi madre... Ella da buenos consejos. -Y aquí estoy -dijo Filomena con su delantal y las gafas puestas-, estaba terminando los cupcakes para la próxima reunión del tupper-sex en el ático. Doña -exclamó-, le voy a decir lo siguiente: usted ha creado el edificio, más a todos los inquilinos que viven en él y que se cuentan sus penas y alegrías en los pasillos, la escalera, el ascensor y en la portería. Merecidamente ha dado usted a mi hijo Eustaquio un papel primordial. Él es el hilo conductor a través de todos los relatos, desde la primera hasta la última página. Lo que usted tiene que explicar es que las diferentes historias no se entrelazan. Sin embargo, dan al libro movimiento, excitación, cautivan y despiertan curiosidad. Lo que pasa, doña -añadió-, es que usted, la autora, no entendió todavía que su creación ha cobrado vida. Todos nosotros somos reales, auténticos como usted, criaturas con reacciones y palabras propias que usted no esperaba. ¿Vale? -Vale, gracias, empiezo a pillarlo. Y perdón por la molestia. -No hay de qué. Para esto estamos -concluyó Filomena.
Autor | SOREL, MARÍA |
Editorial | |
EAN | 9788416385171 |